De aquella selva



Ya no soy aquel que entró en aquella selva de tribulación.
Ese que se hizo dolor, 
es otro yo mío, 
un espectro.

Y a pesar de las vicisitudes omisibles
cierro los ojos hasta que duelan,
sellando el recuerdo,
el tuyo.

Aunque aún me persigue en la oscuridad de la noche
ese vacío de la ausencia, 
la tuya.

Ya no soy aquel que salió de aquella selva de tribulación.
Pero el olvido aún huye
y se esconde en ese aquel mío,
que eres tú, yo,
que es tuyo.

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