Así como todo tiene un comienzo,
comenzaré por romper con las mañas
y practicar nuevos ritos
en donde tú seas el motivo.
Me adentraré en tu mirada
y dejaré atrás el común aliento de otras bocas,
rindiéndome entre la unión de tu aire con el mío
mientras te beso.
Expiaré mis culpas con tu cuerpo,
calmaré mi galope con las riendas de tus brazos,
y daré inicio a mi exilio
dejando atrás el vacío y llenando mi tiempo contigo
haciéndome el favor de vivir viviendo.
Amaneceré en tus noches
y dormiré en el día de tu vida
respirando tu sonrisa.
Me perderé en el vaivén de tu ser
y divisaré mi norte al unir nuestro sur,
entregándole al futuro
otras vidas para perdurar la existencia.
Y así como todo termina
terminaré prometiendo,
para no negarme a mí mismo,
que si he de volver a empezar,
mis promesas serán más que hechos.
Entonces,
te susurraré a gritos,
entre el juramento de un ayer
y la verdad de un éxtasis,
que eres tú mi única génesis,
y el mejor reflejo de lo que siempre anhelé.
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