Sé como el árbol,
pero no te enfoques en ser como las ramas.
Busca ser como las raíces,
que son las que te permitirán resistir a las tempestades.
Mientras más adentro y profundo llegues,
más poderosa será tu existencia.
Así tus raíces serán una amplia red de bronquios
que se alimentarán de los nutrientes de las entrañas de la tierra.
Tus ramas podrán ser así largos brazos extendidos al infinito,
colmados de múltiples bifurcaciones y encuentros.
Tu savia palpitará, recorriéndote,
conectando el suelo con el cielo.
Bailarás con el viento y susurrarás a las aves.
Darás sombra y oxígeno.
Serás hojas,
frutos,
hogar de otros.
Y no solo serás el árbol.
También,
serás el bosque.
Comentarios
Publicar un comentario