Di mi nombre al mirarte al espejo.
Transita el piélago de tus ojos, sumergiéndote entre los sueños soñados y olvidos olvidados.
Recuerda que dentro de esta locura hay demasiada coherencia.
Que la única distancia entre ambos, es el trayecto entre un pensamiento y el siguiente.
Invócame como a la lluvia y espérame con el anhelo del suelo seco y sediento.
Resopla sobre el espejo y empáñame, dibújame con el trazo de tus dedos.
Cierra los ojos y mírame.
Aquí soy.
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