De la muerte,
un diente amarillo y cariado,
pequeño y de leche,
reposa en las manos sucias
de un niño ocre desierto.
Entre las murallas adarve y foso.
Huérfano,
sin familia,
sin hada de los dientes.
Me exhibe su incisivo esperanzado.
De los suyos,
osamentas en los médanos,
pérdidas.
Funeral de ausencias.
Presas del erial y fieras.
En su último sueño visita de hienas.
Rota su ropa,
su piel rota.
De la inocencia su fin,
un recuerdo me ofrece.
De la muerte,
su diente.
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